viernes, 19 de agosto de 2011

mesopotamia


Antigua Mesopotamia – Información de sus Antecedentes
La civilización de la Antigua Mesopotamia ha existido desde el comienzo del hombre. La palabra Mesopotamia tiene un origen griego, que significa la tierra entre dos ríos -- el Tigris y el Éufrates. Tanto el Tigris como el Éufrates nacen en las regiones montañosas de Turquía y fluyen hacia el Golfo Pérsico. 

Cerca del 3500 a.C., un antiguo grupo semita, llamado los sumerios, habitó esta tierra. Los sumerios o semitas, eran descendientes de Sem, un hijo de Noé. Después que cayó la civilización sumeria, les siguieron los asirios, y más tarde los babilonios. 

Hoy la mayoría de esta área está en el país de Irak. La parte norte de esta área es montañosa y tiene mucha madera. La parte sur de esta región es desértica con muy poca lluvia. Sin embargo, tanto el Tigris como el Éufrates se desbordaban regularmente de sus cauces, volviendo las planicies inundadas en tierra rica para la agricultura. Los primeros cultivos de trigo y cebada fueron cosechados aquí. El hombre cambió de recolectar la caza a trabajar la tierra, y a organizar su sociedad en los diferentes trabajos requeridos para labrar la tierra. También comenzó a criar animales y a controlar las planicies de aluvión con canales. 

Para el 3000 a.C., fue construida la primera ciudad-estado, Uruk, con Gilgamesh como su gobernante. Pronto, hubo otras ciudades-estados. Estas fueron: Ur, Lagash, Eridu y Kish. Ur fue la ciudad más grande. Cada ciudad-estado estaba gobernada por un rey, y los reyes a menudo guerreaban entre sí. 

En el 2600 a.C., el rey Sargón I de Ur construyó el primer Zigurat. Los zigurates eran templos altos para que la gente pudiera estar más cerca de dios. El término zigurat significa "plataforma entre el cielo y la tierra." Cada ciudad-estado tenía su propia deidad y sacerdotes que cuidaban de ella. La Torre de Babel fue un zigurat.

Antigua Mesopotamia - Gente notable de esta era
Ha existido mucha gente notable en la región de la Antigua Mesopotamia. He aquí unos cuantos ejemplos: 

El Rey Sargón I de Acad gobernó en Ur desde el 2334 hasta el 2279 a.C. Se decía que fue encontrado flotando en un río, en una cesta, como lo fue Moisés. Fue conocido como el primer Edificador del Imperio. Debido a su destreza militar, combinó los reinos de Sumer con el reino de Acad. Fue el constructor de los zigurates. 

Abraham fue un habitante de la ciudad de Ur. Su padre, Tera, hacía ídolos. Abraham creía en el Dios Único, el creador de los cielos y la tierra, no en las múltiples deidades en las que la gente común de la región creía. Cerca del 2090 a.C., Dios llamó a Abraham para que saliera de esa ciudad, para que se separara de esa influencia diabólica, y para hacer de él una gran nación. Abraham se convirtió en un nómada en la tierra de Canaán. Él es el padre de los judíos. Jesús nació del linaje de Abraham. 




La producción artística, de la que hasta ahora hemos indicado las características esenciales, se expresa a través de una serie de "géneros" o categorías sobre cuya autonomía es, evidentemente, posible formular reservas. Pero también es verdad que el culto de las formas tradicionales, con los fenómenos de supervivencia y arcaísmo, junto con el componente religioso y hasta mágico de los modelos, confiere a estos últimos una funciónesencial. Sería un error creer que, como en el caso de otras civilizaciones, esto sirve sobre todo para las artes figurativas. Antes bien, la tipología arquitectónica, es decir, el conjunto de modelos (casa, templo, palacio etc.) del cual dependen las obras completas, constituye un adecuado paralelo de la tipología escultórica, detal manera que las formas tipo de los edificios tienen valor de modelos no menos que las estatuarias.
Por otra parte, esta convergencia que la crítica moderna sugiere entre las tipologías de la arquitectura y las iconografías de las artes visuales (o sea lasimágenes figuradas que brotan de la creatividad de escultores y pintores) halla en Mesopotamia, (como en otras regiones del próximo oriente antiguo, en particular Egipto) una comprobación muy considerable.
Esto se verifica especialmente en el caso de los toros alados de cabeza humana, insertados en las puertas de los palacios para protegerlos con su fuerzamágica (carácter profiláctico); y en el de los relieves esculpidos en las paredes de las salas, como guía ideal de los visitantes. Asistimos aquí (como para las esfinges situadas en la entrada de los templos egipcios) a las manifestaciones de un arte que combina elementos arquitectónicos y escultóricos al realizar sus fines determinados. En tales fines se pueden reconocer las condiciones necesarias para entender la articulación de la tipología arquitectónica. Así, en el culto de los dioses encontramos la premisa natural del templo, en la expresión del poder real de palacio. Ni ciertas carencias están privadas de significado: por ejemplo, faltan los edificios para espectáculos y deportes, ya que estas actividades van unidas ambas a la vida del palacio y del templo, sin asumir autonomía propia.
Como se ha dicho, la actividad fundamental de las gentes mesopotámicas es la construcción de templos en honor de los dioses. Ya antes de los sumerios y después de ellos a través de la documentación no sólo antropológica, sino también literaria, parece clara la dinámica del pensamiento mesopotámico: en el ámbito de la ciudad-estado del sistema político con el que los sumerios se asoman a la historia, cada centro tiene su dios, cada dios tiene su soberano que lo representa en la Tierra; y es deber primero del soberano erigir lugar de culto, para que el dios pueda complacerse y asegura como contrapartida el gran recurso necesario para la vida de la región, esto es: el agua fecundadora de los campos.
Una inscripción del soberano sumerio más famoso, Gudea que gobernó la ciudad de Lagash alrededor del 2000 a. C., expresa estos conceptos de forma tan evidente que conviene citarlo directamente. Habla en primera persona el dios de la ciudad: "Cuando el fiel pastor Gudea empiece a construir mi templo real, el agua será anunciada por un viento en el cielo: entonces la abundancia llegará a ti desde el cielo e hinchará la tierra. Cuando se coloquen los cimientos de mi templo, entonces habrá prosperidad. Los grandes campos te llevarán frutos, las osas y los canales se llenarán de agua para ti" "..." E la tierra de los sumerios el aceite se producirá abundancia, la lana se pesará en gran cantidad "..."El día en que empieces a construir mi templo, yo pondré el pie sobre los montes, allí donde habita la tempestad; desde el lugar de la tempestad, desde los montes, desde los lugares puros, yo te mandaré la lluvia, que dará vida a la tierra". Circunstancias ambientales determinadas, referentes al material, condicionan la construcción de los templos.

En el área Mesopotámica, y particularmente en el sur, se construye desde la prehistoria con ladrillos de arcilla, modelados y secados al sol. Se superponen de una forma tan compacta y maciza, que el muro raramente aparece interrumpido por ventanas, las cuales comprometerían su solidez. Falta la columna: o por lo menos no existe la columna con función portante, sino a veces con función ornamental. Las paredes se articulan con frecuencia en entrantes y salientes, que mitigan la uniformidad pero no la solidez. La luz se obtiene mediante aberturas en el techo. Las puertas de acceso tienen amplias dimensiones y constituyen la única interrupción efectiva de la continuidad de las paredes.
Desde el punto de vista de la planta, el templo mesopotámico aparece inicialmente como único espacio rectangular, que tiene el altar en uno de los lados cortos y la mesa de las ofrendas delante de él. El altar no puede faltar y por ello la elevación formada por su plataforma en el lado corto de a planta es el carácter distintivo del lugar sagrado. La entrada está a menudo en uno de los lados mayores, o en ambos por la parte opuesta a la del altar. En la siguiente evolución del santuario (que tiene lugar ya en el periodo prehistórico) al espacio único se añadan otros y aparece el uso del patio, generalmente en el lado más ancho de la estancia sagrada.
 En el conjunto así ampliado se insertan las habitaciones de los sacerdotes y de los funcionarios, a veces también las de los escribas anexos a la administración del templo y los depósitos de los productos alimenticios. Lo completa el cinturón de murallas y de esta manera queda separado del resto del área ciudadana, constituyendo un temenos (área sagrada). El concepto de área sagrada prevalece obre el del lugar sagrado; y existen témenoi con más de un templo, además de con más de un palacio de soberanos porque, como veremos, el edificio profano se integra muy pronto con el sagrado. Una distinción fundamental que aparece desde la prehistoria, es entre templo "bajo" y templo "alto"; el primero se apoya directamente en el suelo, el segundo se construye sobre una terraza de base.
 
Zigurat


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